Friday, February 1, 2008

Rosa

Last Wednesday was Panni's birthday. I was otherwise engaged. Perdoname, Mami.

Here's a La Loquita vignette I've never published before. Bring out your Spanish dictionary!

LA LOQUITA DEL ZIG-ZAG: ROSA

POR NININA MAMEYEZ

Olor a rosa (el perfume francés de mami); las rosas del vecino; Los Zapaticos de Rosa (El Gran Patriota); La Gran Tienda – comprando mas perfume de rosa (la vendedora se llama Estrella), no le queda mucho a mami, porque Ninina se lo ha estado poniendo, todo; asi que mami le compra una botellita solamente pa’Ninina, aunque ella olfatea a muchas otras (PEE-U!); abuelita (se llama Rosa); peo – uh, oh! – pero, al final, lo más importante es el pollo rosado...

UMM! UMM! Estaba olfateando a las rosas de nuestro vecino, el señor Gonzalo. Olían tan bien, y tenían colores tan bonitos: rojas; blancas; y, claro, rosadas. Estaba al punto de cogerme una, cuando se apareció La Súper-Planchada.

NININA! Que estas haciendo? Uh, oh. Nada, tata, nada. Pues, ven conmigo. Tu mami te quiere ver. Y me halo de la mano pa’la casa.

NININA! Ay, otra vez. Que has hecho? Uh, oh. Nada, mami, nada. Solamente estaba olfateando a las rosas del señor Gonzalo.

Tu y tus rosas, niña! Mira, me iba a poner mi perfume francés de las rosas, y descubrí que casi no me queda. (Mirándome.) Tu sabes por que-e?

Uh, oh. AY, sí, mami. Me lo puse el otro día antes de ir a casa de Ofelita, verda?

Y cuando fuimos al cine. Y cuando fuimos al museo, y al zoológico, y al...

Ay, nene. (Riéndose.) Claro. Te gusta a ti, porque me gusta a mí. (Riéndose, otra vez.) Verda?

La mire. SÍ! Pues, m’ija, creo que tenemos que ir a La Gran Tienda. Chino, llévenos, por favor.

En La Gran Tienda, empecé a volar de vitrina en vitrina. AY, mami, como hay perfumes aquí! La vendedora me miró, y me preguntó, “Quieres probar algunos perfumes, niñita?”

SÍ! La señora echo un poco de perfume encima de pedacitos de papel. Los olfatee a todos.

AY, QUE RICO! Me gustaron cuando olían a mi talco de bebe. PEE-U! Algunos eran muy fuertes. Hice una cara cómica – la señora se rió.

Mami me estaba mirando. Como te pareces a mí, hijita. Y suspiro.

Señora, por favor entrégueme el perfume francés de las rosas. La señora sacó a una botella de la vitrina. Mami lo pensó, y siguió: dos botellas mas, por favor.

Ninina, mira! Te estoy comprando una botella del perfume francés de las rosas, solamente para ti. AY, mami, gracias! Y otra mas, para tu abuelita. Acuérdate de que ella se llama Rosa.

HEE-HEE. Sí, mami. Podemos ir a ver a los libros, también? La señorita Zina dice que yo ya puedo leer MU-CHO...

Subimos al segundo piso. Al lado de los juguetes, y esa casa de muñecas, estaban los libros. MIRA, mami, Rosa!

Mami le dio un vistazo. Pues, sí, Los Zapaticos de Rosa. Sabes quien lo escribió, nene? El Gran Patriota. Abriéndolo, mami y yo empezamos a leer: “Yo voy con mi niña hermosa,” le dijo la madre buena. “No te manches en la arena los zapaticos de rosa!”

Que bien, Ninina! Cómo has aprendido en la escuela! Me dio un beso, y me compró el libro.

Gracias, mami. Pero, tu sabes que? Yo nunca mancharía zapaticos de rosa. Nunca!

Me imagino que no, nene. Vamos a bajar ahora, ok? Me aguante de la mano de mami, porque no me gustan las escaleras mecánicas. Una vez vi a alguien caerse.

Y todavía les tengo miedo. Pero menos, porque ya soy GRANDE.

Chino nos devolvió a La Nueva Ventana. Fui volando a mi cuarto con mi perfume francés de las rosas y con mi librito de los zapaticos de rosa.

Porque mi rosa favorita me estaba esperando. Mi pollo rosado.

Es propiedad de Georgina Marrero, 2005 522 palabras

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